¿Sabías que la Puerta del Sol está llena de leyendas? Nuestra leyenda trata de una estatua que pasa muy desapercibida, pero esconde una gran historia. Se encuentra al final de la Calle Arenal ¡Acompáñanos para saber más de ella! 

La estatua protagonista de nuestra leyenda es conocida como la Mariblanca y su origen se remonta a los inicios del siglo XVII, cuando el consistorio madrileño, tras la vuelta de la corte a la ciudad, decide embellecer sus plazas con algunas fuentes al estilo europeo. Por esta razón se decidió diseñar una fuente y no sólo una estatua rígida e inerte y situarla en la Puerta del Sol, en la confluencia entre las calles Alcalá y Carrera de San Jerónimo. Es curioso saber que la estatua vino de Florencia en 1625 y que, debido a la blancura de la figura, los aguadores de la época empezaron a llamarla Mariblanca. Finalmente, se quedó con ese nombre popular a todos los efectos. La figura, además, es una estatua en piedra caliza blanca de 1,70 de altura, elevada sobre un pedestal para hacerla más visible. En su base se forma una especie de banco circular donde se suelen sentar a descansar los peatones. Es uno de los pocos sitios donde uno se puede sentar si está en la Puerta del Sol. La Mariblanca ha estado desde sus orígenes en diversos sitios de Madrid, desde el Paseo de Recoletos hasta la Puerta del Sol. Pero, ¿en qué sitios más ha estado y por qué? ¿Y por qué pasó de coronar la llamada fuente de la Fé? Para saber más sobre la leyenda entra en nuestro vídeo y ¡te sorprenderá la leyenda completa!